lunes, 30 de septiembre de 2013

Tiempos pretéritos

Los tiempos verbales siempre han sido una especie de ‘cuco’ para los estudiantes. Recuerdo que algunos de los momentos más terroríficos en la secundaria eran las pruebas orales de conjugación. La profesora nos llamaba al frente y nos pedía que conjugáramos un verbo en algún tiempo cuyo nombre  era extraño, larguísimo y aterrador. Y casi siempre reprobábamos, a menos que nos pidiera conjugar un verbo en presente (algo que rara vez sucedía). Con el tiempo y el estudio ese temor fue pasando, aunque confieso que todavía me resulta complicado recordar los nombres de todos los tiempos; sin embargo, la buena noticia es que no es tan importante conocer su nombre como conocer sus usos y sus maneras de relacionarse.

Una duda que siempre surge al hablar de los tiempos verbales tiene que ver con los pretéritos (o pasados), sobre todo con el pretérito imperfecto y el pretérito indefinido (también llamado perfecto o simplemente pretérito). ¿Cuál es la diferencia entre ‘hablaba’ o ‘hablé’?  ¿Se usan de la misma manera para referirnos al pasado? En realidad la diferencia entre ambos radica en el tiempo en el que se ubica la acción.

En el caso de los tiempos perfectos, la acción concluye en cuanto esta ocurre (‘Hablé con el rector’), mientras en el caso de los imperfectos, la acción no concluye inmediatamente (‘Hablaba con el rector a menudo’). Podemos ver la diferencia en esta oración: ‘Tú llegaste cuando yo conversaba con el rector sobre tu caso’. En este ejemplo, el verbo perfecto, llegaste, expresa una acción terminada, que ocurre en un momento preciso. En cambio, el verbo imperfecto, analizaba, es una acción inconclusa, no sabemos cuándo empieza ni cuándo acaba. Álex Grijelmo, en su libro La gramática descomplicada, llama al pretérito imperfecto un ‘pretérito de durante’, pues acota que no son relevantes ni el comienzo ni el final de la acción, sino el transcurso de ella.

Grijelmo señala también otras funciones del pretérito imperfecto. En primer lugar, menciona la función de cortesía. En este caso, para suavizar la petición se usa el pretérito imperfecto en lugar del presente, por ejemplo: ‘Quería pedirte un favor’.  Sin embargo, aunque el uso sea adecuado, en este caso damos la impresión de que no se desea lo que se desea (quería pedirte un favor, pero ahora ya no quiero).  Otra función es la del imperfecto de error, en la cual encontramos una suposición que estaba equivocada, por ejemplo: ‘¿No eras tú el que escribió la carta?’. Aquí vemos que el verbo nos indica cierta inseguridad.


Recordar el uso de los verbos, aunque nos remonte al terror de las pruebas orales de conjugación, es muy útil para entender cuándo ocurren y cuánto duran las acciones, y nos da cierto poder para manejar el tiempo a nuestro antojo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

:) ¿Qué pashó? /... Pa shabeshe… Ya no entran más… los añoro,los echo de menos, los extraño y me hacen falta resto de falta, si supieran cuanto uhm … los amo porque los necesito y no los necesito porque los ame :) … los necesito para aclarar los carso errores horrorosos. Anhelo saber de todos, espero que vuelvan por favor. Sin escatimar palabra alguna haciendo caso omiso a la economía lingüística o ley del mínimo esfuerzo, prefiero esforzarme y derramarme en prosas :) xD … Siento nostalgia, melancolía y también cobarde al respecto. MU@@@CKISS XOXOXO…∞.:).∞………….
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