lunes, 11 de febrero de 2013

Construcciones prestadas



El español ha tomado prestadas palabras y expresiones de otros idiomas, puras o adaptadas, y los resultados han sido satisfactorios o trágicos. Uno de estos préstamos es la construcción de ‘sustantivo + a + infinitivo’, que procede del francés. Y este es un préstamo que se ha asentado de tal manera en el español que ya a nadie le parecen extrañas expresiones como ‘temas a tratar’ o ‘ejemplo a seguir’. Pero ¿es correcto usar esta construcción en el español? Lo veremos a continuación.

En realidad, la RAE no proscribe el uso de ‘sustantivo + a + infinitivo’, pero indica que solo debe usarse en ciertos casos. Advierte que el verbo en infinitivo deber ser siempre transitivo, por ejemplo: ‘Las materias a estudiar’ (estudiar es transitivo), pero no podemos decir ‘El sendero a caminar’, pues el verbo caminar es intransitivo. Si hay dudas, cabe transformar la construcción y conjugar el infinitivo, así es posible ‘Estudio las materias’, pero no ‘Camino el sendero’ (lo correcto es ‘Camino por el sendero).

La RAE también anota que esta construcción no funciona con voz pasiva, pues el verbo en infinitivo tiene este sentido. Es redundante, por ejemplo, ‘Los temas a ser discutidos’, lo correcto es ‘Los temas a discutir’ (discutir también es un verbo transitivo). Asimismo, nos indica que es “normal” esta construcción con sustantivos abstractos como tema, problema, asunto, etc., junto con verbos del tipo realizar, tratar, analizar, etc.

Sin embargo, muchas veces esta construcción genera redundancias, como ‘un ejemplo a seguir’, pues es obvio que los ejemplos se siguen. En este caso, con la palabra ejemplo es suficiente. Además, aunque esté aceptada la construcción, muchas veces es irrelevante, y podemos usar el relativo que, como en ‘temas que tratar’ (en lugar de ‘a tratar´). Esto último depende de los gustos de cada uno, pero es mejor usar la construcción original que un préstamo.

Topónimos y mayúsculas



Los topónimos son aquellas palabras que se refieren a los nombres propios de un lugar, y, como tales, deben escribirse con mayúscula inicial. No obstante, hay algunas cuestiones que debemos tomar en cuenta para no escribir mayúscula donde no corresponde.

En primer lugar, recordemos que solo se escriben con mayúscula inicial aquellas palabras que forman parte del nombre propio, como Ecuador, Río de Janeiro, Nueva Loja; pero no llevan mayúscula las palabras genéricas, como ciudad de Quito, puerto de Manta o isla Isabela. En estos casos, es recomendable buscar información oficial acerca de los nombres de los lugares, pues solo en ciertas ocasiones el nombre genérico o el artículo son parte del nombre (como en el caso de El Oro o La Habana). Muchas veces, cuando el genérico o el artículo no son parte del nombre propio, se los puede obviar al referirse al lugar, así, como islas no es parte del nombre de las Galápagos, podemos obviarla y referirnos al archipiélago así: ‘las Galápagos’. Lo mismo sucede con los ríos como el Amazonas o el Machángara, pero no podemos obviar la palabra al referirnos a Río de la Plata (no decimos ‘el de la Plata’).

En algunas ocasiones, el genérico se refiere por antonomasia a un lugar, en este caso sí se escribe con mayúscula el sustantivo. Por ejemplo, como menciona, la RAE, Cordillera (por los Andes) o el Golfo (por el de México). También hay casos que la RAE llama ‘alternativas estilísticas’, que son apelativos para denominar a un lugar en reemplazo de su nombre propio; cuando sucede esto, los nombres deben escribirse con mayúscula. Por ejemplo: la Carita de Dios (por Quito) o la Perla del Pacífico (por Guayaquil).  Como vemos, muchas veces el uso de la mayúscula en los topónimos solo es cuestión de sentido común y, si se tiene dudas, de una adecuada investigación.

El problema del régimen


Para el punto que trataremos hoy, utilizaré dos definiciones de régimen que nos da el DRAE: “5. Dependencia que tienen entre sí las palabras en la oración, determinada por el oficio de unos vocablos respecto de otros, estén relacionados o no por medio de las preposiciones” y “6. Preposición que pide cada verbo, o caso que pide cada preposición”. El régimen, en gramática, se refiere a las relaciones de dependencia que se establecen entre palabras. Los casos que ocasionan más confusión son los relacionados con las preposiciones. Veamos algunos.

Empezaré con la locución ‘a base de’. Esta solo es correcta cuando nos referimos a los elementos que componen un todo, para explicar que algo funciona valiéndose de otra cosa o como sinónimo de ‘a fuerza de’, por ejemplo: ‘El pastel se hizo a base de harina’ o ‘El motor funciona a base de gasolina’ o ‘Logró graduarse a base de esfuerzo’. En cambio, utilizamos ‘con base en’ cuando nos referimos al origen de algo. Por ejemplo: ‘Redacté el artículo con base en lo que me informó la fuente’. Es importante notar que la locución ‘en base a’ es incorrecta.

Por otro lado, encontramos las locuciones ‘en relación con’ o ‘con relación a’, ambas usadas para referirse al vínculo entre dos situaciones o dos elementos. Por ejemplo: ‘No hubo problema en relación con tu ponencia’ o ‘Con relación a su declaración, encontramos inconsistencias’. En estos casos es incorrecto el uso de la locución ‘en relación a’. Locuciones muy parecidas son las que se construyen con ‘respecto’, estos casos, cuando establecen relación entre dos elementos son correctas, con el mismo sentido: ‘respecto de’,  ‘respecto a’, ‘con respecto a’ o ‘con respecto de’.
Hay otras locuciones que suelen causar problemas o que son incorrectas aunque no parezcan. La próxima semana veremos más.