lunes, 23 de junio de 2008

Nutrición

Copio dos oraciones que encontré por ahí: 'Los jugadores turcos celebraron el paso a la semifinal ante un nutrido grupo de compatriotas que llegó al estadio' y 'En Chimbacalle se construye la nueva estación de ferrocarril, que congrega a un nutrido público quiteño'. Dos realidades distintas, dos errores iguales: nutrido.

Sin ponernos a hilar fino como para afirmar que talvez quien escribió estas oraciones quiso decir que, en efecto, tanto el grupo de turcos como el público quiteño habían comido lo suficiente y estaban sanos, debemos aceptar que ese adjetivo nutrido no cabe en las oraciones, pues lo correcto es que tanto los hinchas como los curiosos eran numerosos.

Probablemente este falso amigo, nutrido, proceda del francés 'nombreux', cuyo significado es abundante y está relacionado, en ese idioma, con nutrido. Efectivamente, incluso el adjetivo abundante calza en las oraciones: 'Los jugadores turcos celebraron (...) ante un abundante grupo de compatriotas' y '(...) La nueva estación de ferrocarril, que congrega a un abundante público quiteño'. No obstante, encaja mejor con nuestro uso el adjetivo numeroso.

Como vemos, nuestro español tiene mucha riqueza y muchas palabras propias como para caer en expresiones que pueden parecer hasta ridículas, como esta de nutrido.

viernes, 20 de junio de 2008

Giros trascendentes

Es muy común encontrar expresiones como 'El partido dio un giro de 360 grados en el último minuto' o 'Mi vida ha dado un giro de 360 grados en el último año'. Por alguna razón extraña, casi nunca se cae en cuenta del error: '360 grados'.

Cuando damos un giro de 360 grados lo que sucede es que regresamos al mismo lugar de donde partimos, entonces el cambio no es trascendente porque al final no nos ha llevado a ninguna parte, solo a dar la misma vuelta. La situación cambia, sin embargo, cuando damos un giro de 180 grados, es decir, cuando nos ubicamos exactamente al frente de donde estuvimos antes. Pensemos en que estamos dando la vuelta al globo terráqueo: no es lo mismo salir de Quito y volver al mismo sitio (luego de dar una vuelta completa, de 360 grados) que salir de Quito y llegar a China (luego de dar una vuelta de 180 grados), este último sí que es un cambio radical.

En fin, hay matices así de pequeños que imprimen una gran diferencia en lo que queremos decir, es tan rico nuestro idioma.

jueves, 19 de junio de 2008

'Zona segura en caso de sismos'


Me pregunto: ¿No es uno solo el caso de sismos? ¿Cuántos casos de sismos existen? Este letrerito está en todos los edificios de Lima.

martes, 17 de junio de 2008

Duplicacionitis

De vez en cuando los periodistas de los medios agarran una que otra manía. Hoy encontré muchas frases como estas: 'La demanda la presentó la teniente R. Torres', 'Los partidos por las eliminatorias los jugarán mañana los equipos', 'El contrato lo firmará el Presidente'.

Al parecer, la manía de moda es la de duplicar al objeto directo y convertirlo en sujeto. En primer lugar, las oraciones arriba citadas adolecen de un grave desorden: no se atienen a la estructura normal de las oraciones (sujeto-verbo-objeto) y eso hace que ocurra la duplicación. Veamos:

Para hacer más fácil este asunto, busquemos el verbo en las oraciones, el que determina la esencia de lo que estamos enunciando. En el primer caso ('La demanda la presentó la teniente R. Torres'), la acción principal es presentó. Ahora, para descubrir al sujeto de la oración, preguntémonos quién realiza la acción: ¿quién presentó? La teniente R. Torres. Ella, la teniente R. Torres, es el sujeto de nuestra oración. Para descubrir al objeto, preguntémonos qué o quién recibe la acción que efectúa el sujeto: ¿qué presentó la teniente R. Torres? La demanda: este es el objeto.

Si escribimos la oración en su orden normal, quedará así: 'La teniente R. Torres presentó la demanda'. ¿Cierto que se entiende mejor? Y para hacerla inteligible lo único que hemos hecho es ordenar los elementos. Pero ¿donde queda ese 'la' que nos sobra? En ninguna parte: ese 'la' solo sobra, estorba.

Como ya hemos visto en artículos anteriores, la función de los pronombres (en este caso 'la') es la de sustituir a los sustantivos. El pronombre la, como sabemos, sustituye al objeto directo, al que recibe directamente la acción del verbo. Cuando escribimos la oración en desorden y decimos: 'La demanda la presentó...', lo único que estamos haciendo es poner dos objetos directos que cumplen exactamente la misma función, uno de los elementos sobra. Para entender, escribamos la oración correcta con el pronombre 'la' en lugar del objeto 'la demanda': 'La teniente R. Torres la presentó' (aquí podemos notar que ese 'la' equivale a 'la demanda').

Miremos las otras oraciones: 'Los partidos por las eliminatorias los jugarán mañana los equipos'. En esta oración los objetos directos son 'los partidos de las eliminatorias' y 'los' (¿qué jugarán mañana los equipos? Los partidos de las eliminatorias). Las oraciones correctas, por tanto, son: 'Los equipos jugarán mañana los partidos por las eliminatorias' o 'Los equipos los jugarán mañana'. Aquí, tanto 'los partidos por las eliminatorias' como 'los' cumplen la función de objeto directo.

En el último ejemplo: 'El contrato lo firmará el Presidente', los objetos directos son 'el contrato' y 'lo': 'El Presidente firmará el contrato' y 'El presidente lo firmará'.

Como vemos, es mucho más legible cuando escribimos las oraciones en su orden correcto, si no sabemos cuál es, lo más simple es ubicar al verbo, preguntarnos quién realiza esa acción y quién o qué la recibe. Una vez ubicados en sus lugares los elementos, tenemos un enunciado claro e inteligible. Y lo que es mejor en estos tiempos en que el espacio en los medios es tan reducido: ¡nos ahorramos los carácteres de los pronombres intrusos!

viernes, 13 de junio de 2008

Esto es sincretismo

Hoy les invito a que visiten el blog de Edu, que de una manera muy cómica nos presenta una conversación entre un español y un ecuatoriano. Es muy gracioso cómo, siendo el español el idioma de ambos, parecen idiomas distintos. Lo maravilloso es que logramos entendernos.

viernes, 6 de junio de 2008

De tú a tú

Leo esto en la parte trasera de todas las furgonetas de una empresa: 'Cuéntanos tú noticia'. Así, oronda, se pasea la frase por todos los rincones de la ciudad, con ese tú herético que por ninguna razón debería llevar una tilde en este caso. Esta frase me trae a la mente otra, de hace un par de años, que en todo el país promocionaba a la camiseta de la Selección de fútbol: 'La piel de tú país'. Horror, que condenen al culpable, por favor.

Supongo que habrá quien diga 'Pero tú sí lleva tilde'. Sí, tú lleva tilde, pero no es el tu de las frases que nos ocupan. Sucede que hay un tú, con tilde, y un tu, sin tilde. En el caso del primero se da lo que se conoce como tilde diacrítica: aquella que se pone para diferenciar a dos palabras que se escriben igual pero tienen distinto significado.

Cuando escribimos tú, con tilde, nos referimos al pronombre de la segunda persona del singular. El tu sin tilde, en cambio, se refiere al adjetivo posesivo para esta misma persona. El uno, tú, reemplaza a un nombre, mientras que tu lo modifica. Veamos un ejemplo: 'Tú me dijiste que tu mamá llegaba mañana'. En este caso, el primer tú se refiere a una persona, que es la que cumple la función de sujeto, en el segundo tu modifica a mamá, le da un matiz especial: no es la mamá de cualquiera es tu mamá, la que tú me dijiste que llegaba mañana.

Como podemos ver, el tú de las frases del primer párrafo no está reemplazando a una persona, está modificando a dos sustantivos (noticia y país), por lo tanto no debe llevar tilde. Ojalá los publicistas (en realidad espero que coincidencialmente solo sea uno el ignorante) aprendieran a poner las tildes donde deben ser, para que sus artes sean de verdad atractivos y no vergonzosos.