miércoles, 12 de diciembre de 2007

Otra vez los pronombres

Como habíamos visto en un artículo anterior, la función de los pronombres es la de reemplazar al nombre. Así de simple. Pero son cada vez más las veces en las que leo y escucho frases como estas: 'María la llamó a su madre', 'El Presidente le pidió cautela a la Asamblea', 'Lo atacaron a Manuel', 'El jefe le dio el visto bueno al contador'... En fin, de tanto escucharlas y hasta decirlas, estas frases pueden parecer normales, ¿o no?

Pues no lo son. Ya hemos visto que el pronombre reemplaza al nombre, entonces, si el nombre consta en la oración, no es necesario convocar al pronombre. Si tanto el pronombre como el sustantivo están efectuando la misma función el la frase, estamos frente a un caso de duplicación.

Analicemos las frases de arriba. 'María la llamó a su madre' y 'Lo atacaron a Manuel'. Aquí, tanto su madre como el pronombre la (en el primer caso), y Manuel y el pronombre lo (en el segundo) cumplen la función de objeto directo, no tenemos dos objetos directos sino uno solo duplicado. Podemos suprimir uno de los objetos y se entiende perfectamente y nos libramos del enredo: 'María la llamó' (se entiende si el interlocutor sabe a quién llamó María) o 'María llamó a su madre'. 'Atacaron a Manuel' o 'Lo atacaron' (si el interlocutor está al tanto del suceso).

En 'El Presidente le pidió cautela a la Asamblea' y 'El jefe le dio el visto bueno al contador' también tenemos casos de duplicación, ahora de objeto indirecto. En la primera frase el pronombre le y la Asamblea cumplen la misma función, como en la segunda oración le y el contador. Entonces, si escribimos 'El Presidente pidió cautela a la Asamblea' o 'El Presidente le pidió cautela', y 'El jefe dio el visto bueno al contador' o 'El jefe le dio el visto bueno', tenemos oraciones clara y mejor estructuradas, sin desperdiciar recursos.

El asunto, como vemos, no es difícil, a veces con el tráfago cotidiano no nos damos cuenta de lo que decimos. Sí, es cierto que la vida ya es bastante complicada como para pensar en los pronombres, entonces, si no hacen falta no los utilicemos. Así de sencillo.

lunes, 10 de diciembre de 2007

Con todo y abrigo

Esta era una frase que siempre repetía un conocido cada vez que veía escritas expresiones como 'sobretodo los niños disfrutaron del espectáculo' o 'diciembre es un mes frío, sobretodo en los últimos días'. Pues sí, fíjense que estas frases tienen hasta abrigo. ¿Por qué? Veamos lo que nos dice el DRAE acerca de sobretodo (así, como una sola palabra):

sobretodo.
1. m. Prenda de vestir ancha, larga y con mangas, en general más ligera que el gabán, que se lleva sobre el traje ordinario.
2. m. Am. Abrigo o impermeable que se lleva sobre las demás prendas.

En efecto, un sobretodo es un abrigo y con mucha frecuencia se confunde a esta palabrita con la locución adverbial sobre todo (dos palabras), que significa especialmente, y que es lo que quieren significar frases como las de arriba. Claro, lo correcto es 'sobre todo (especialmente) los niños disfrutaron del espectáculo' o 'diciembre es un mes frío, sobre todo en los últimos días'.

Eso, y no olviden usar su sobretodo, sobre todo en estas noches tan frías de diciembre.