lunes, 30 de septiembre de 2013

Todo a su tiempo (y a su modo)

Como sabemos, el tiempo de lo actual, de lo que sucede, es el presente. El pasado se refiere a todo aquello que fue y que terminó en un momento determinado. El futuro, en cambio, es lo esperado, lo deseado. Además, en cuanto a los modos verbales, como vimos en la columna anterior, el indicativo es el modo de lo real y de lo específico; es un modo que siempre funciona de manera independiente, no necesita de inductores ni de otro modo que rija su acción: Alguien es, fue o será feliz; no hay manera de perderse en los laberintos del tiempo. El subjuntivo, en cambio, por ser el modo de lo hipotético o de las posibilidades, generalmente necesita estar regido por otro modo (el indicativo) o inducido por algún elemento. Es imposible decir: Alguien sea, fuerafuere feliz, pues siempre nos hará falta ‘algo’ que complemente la oración. Las cosas cambian si decimos: ‘Que seas feliz’ o ‘Quería que fueras feliz’. Una vez que hemos recordado esto, revisemos algunas cuestiones que tienen que ver con la relación que se establece entre el indicativo y el subjuntivo en los tiempos verbales.

En primer lugar, tomemos en cuenta que cuando combinamos dos modos en una oración, los tiempos verbales deben ‘calzar’ correctamente. Un error muy común es mezclar el pasado de indicativo con el presente de subjuntivo, por ejemplo: ‘Te pedí que esperes en el parque, pero no esperaste’. En este caso, la acción se agota en el pasado, por lo tanto, el verbo ‘esperes’ no corresponde a lo correcto. Lo adecuado es ‘Te pedí que esperaras en el parque...’. Veamos otro ejemplo incorrecto: ‘Antes de salir del auto, verificó que nadie lo haya seguido’. Aquí  tampoco podemos utilizar el presente ‘haya’ si hablamos de una acción pasada, lo correcto es ‘Verificó que nadie lo hubiera seguido’. Para no cometer el error, recordemos que es necesario dejar el pasado en el pasado (como si se tratara de una reconciliación de novios).



En cuanto al presente, no solemos cometer errores al alternar los modos. No es posible decir: ‘Espero que vendrías’ o ‘Espero que vinieras’, sabemos, por simple deducción, que lo correcto es ‘Espero que vengas’. En ocasiones es necesario alternar el presente con el pasado, por ejemplo: ‘Me parece muy mal que actuaras como lo hiciste’. En este caso la relación es clara: en el presente opino sobre algo que sucedió en el pasado. En el caso del futuro, en cambio, se da un fenómeno interesante, el futuro de subjuntivo y el presente de indicativo se llevan muy bien: ‘Saldré apenas me llames’. El pasado, en cambio, no ‘calza’ con el futuro, pues no es correcto decir: ‘Saldré apenas me llamaras’. Como vemos, todo es cuestión de lógica y de permitir que los tiempos y los modos se correspondan adecuadamente, el resto solo es cuestión de práctica.

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