viernes, 14 de diciembre de 2012

¿Lenguaje sexista?


Muchas veces se acusa al español de ser un lenguaje sexista, pues ‘prefiere’ al género masculino sobre el femenino. El hecho de que nuestro idioma asuma un género marcado (genérico) no significa que discrimine a las mujeres.  Pero ¿cómo llegar a un acuerdo respecto a este tema que genera acaloradas discusiones?

Primero, todo idioma tiene  una normativa que, si no seguimos, puede generar un caos lingüístico, dejar de ser una convención y no comunicar adecuadamente. Por lo tanto, es importante entender que desde que empezó a ser un idioma, el español se rige por la convención de que el masculino es el género marcado. No se llegó a esta convención por machismo, sino porque gramaticalmente era la opción más adecuada.

En segundo lugar, es necesario que exista un género marcado para evitar errores de concordancia o desdoblamientos que entorpecen la comprensión del texto. En el primer caso, el de la concordancia, el masculino debe regir cuando tenemos sujetos plurales. Por ejemplo, si decimos: ‘Lina y Daniel  estaban contentos’, el adjetivo (contentos) califica a dos personas y, por ley de concordancia, debe escribirse en masculino. No podemos escribir ‘contentas’ porque no hablamos de dos sujetos femeninos, ni es posible escribir ‘contenta y contento’ porque el adjetivo plural califica necesariamente a Lina y a Daniel.

En relación con los desdoblamientos, se suele caer en cuestiones como  ‘Las profesoras y los profesores fueron convocadas y convocados a una reunión’. Debido a que uno de los principios que rige la lengua es la economía, es importante eliminar los elementos redundantes. Por eso se ha determinado un género marcado: para economizar. Así, asumimos que dentro de profesores también se encuentran las profesoras y que no solo se convocó a los hombres sino también a las mujeres. El español, como vemos, no discrimina, no es sexista, simplemente se rige por unas reglas que buscan que sea ‘comunicable’. 

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