martes, 6 de noviembre de 2007

Esos lugares comunes

Ay, los lugares comunes, los lugares comunes. No, no hablo de esos sitios en los que confluye mucha gente y por eso se vuelven comunes. Un lugar común, según recoge muy bien el DRAE, es 'una expresión trivial, o ya muy empleada en caso análogo'. es decir. una expresión que de tanto repetir pierde toda su fuerza y todo su valor.

Los discursos, los medios, la publicidad... están plagados de lugares comunes. Por ejemplo, todo se encuentra en la cuerda floja cuando está en problemas. Todo sale a la palestra cuando se hace visible. Todo se entrega a cuentagotas cuando una institución no ha obtenido lo que cree merecer. Todo se está en el ojo de la tormenta cuando es el centro de una discusión. Ninguna mujer debe ser tocada ni con el pétalo de una rosa. Cualquier risa es fresca como un manantial y todas las suegras son unas brujas. Y etc., etc., etc. Podría llenar párrafos y párrafos de lugares comunes.

Cuando un lugar común surge, generalmente es visto como una frase genial, como una metáfora alucinante que nos ahorra muchas palabras y nos convierte en poetas. El problema es que estas frases geniales se trivializan y se vuelven en un recurso fácil para cualquiera que no tenga mucho que decir.

Ludwig Wittgenstein repite en varias ocasiones que el universo de un hombre es exactamente del tamaño de su léxico. Absolutamente cierto. Cuando recurrimos a lugares comunes en nuestro lenguaje, lo único que hacemos es demostrar que nuestro universo es muy pequeño, poco creativo, perezoso, facilista. Probablemente haya pocas cosas que decir, pero hay millones de maneras de decirlas, solo hace falta tomarnos un tiempo y ser originales, pero, ojo, que esa originalidad no nos lleve a manosear el lenguaje hasta vaciarlo.

1 comentario:

EDUARDO BARAHONA dijo...

Me encantó esto de los lugares comunes, no lo conocía y me parece muy interesante, además creo que vale la pena explorar nuestra rica variante del castellano ecuatoriano.
Sigue escribiendo para ampliar mis conocimientos del lenguaje y por ende mi universo como dices tú.
Besos, abrazos y pellizcos.