Como sabemos, el tiempo de lo actual, de lo que sucede, es
el presente. El pasado se refiere a todo aquello que fue y que terminó en un momento
determinado. El futuro, en cambio, es lo esperado, lo deseado. Además, en
cuanto a los modos verbales, como vimos en la columna anterior, el indicativo
es el modo de lo real y de lo específico; es un modo que siempre funciona de
manera independiente, no necesita de inductores ni de otro modo que rija su
acción: Alguien es, fue o será feliz; no hay manera de perderse en los laberintos del tiempo.
El subjuntivo, en cambio, por ser el modo de lo hipotético o de las
posibilidades, generalmente necesita estar regido por otro modo (el indicativo)
o inducido por algún elemento. Es imposible decir: Alguien sea, fuera o fuere
feliz, pues siempre nos hará falta ‘algo’ que complemente la oración. Las cosas
cambian si decimos: ‘Que seas feliz’
o ‘Quería que fueras feliz’. Una vez
que hemos recordado esto, revisemos algunas cuestiones que tienen que ver con
la relación que se establece entre el indicativo y el subjuntivo en los tiempos
verbales.
En primer lugar, tomemos en cuenta que cuando combinamos dos
modos en una oración, los tiempos verbales deben ‘calzar’ correctamente. Un
error muy común es mezclar el pasado de indicativo con el presente de
subjuntivo, por ejemplo: ‘Te pedí que esperes en el parque, pero no esperaste’.
En este caso, la acción se agota en el pasado, por lo tanto, el verbo ‘esperes’
no corresponde a lo correcto. Lo adecuado es ‘Te pedí que esperaras en el parque...’. Veamos otro ejemplo incorrecto: ‘Antes
de salir del auto, verificó que nadie lo haya seguido’. Aquí tampoco podemos utilizar el presente ‘haya’ si
hablamos de una acción pasada, lo correcto es ‘Verificó que nadie lo hubiera
seguido’. Para no cometer el error, recordemos que es necesario dejar el pasado
en el pasado (como si se tratara de una reconciliación de novios).
En cuanto al presente, no solemos cometer errores al
alternar los modos. No es posible decir: ‘Espero que vendrías’ o ‘Espero que
vinieras’, sabemos, por simple deducción, que lo correcto es ‘Espero que
vengas’. En ocasiones es necesario alternar el presente con el pasado, por
ejemplo: ‘Me parece muy mal que actuaras como lo hiciste’. En este caso la
relación es clara: en el presente opino sobre algo que sucedió en el pasado. En
el caso del futuro, en cambio, se da un fenómeno interesante, el futuro de
subjuntivo y el presente de indicativo se llevan muy bien: ‘Saldré apenas me
llames’. El pasado, en cambio, no ‘calza’ con el futuro, pues no es correcto
decir: ‘Saldré apenas me llamaras’. Como vemos, todo es cuestión de lógica y de
permitir que los tiempos y los modos se correspondan adecuadamente, el resto
solo es cuestión de práctica.
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