Según la Gramática de la RAE, la función del modo imperativo
es “influir en el interlocutor para que actúe en un determinado sentido”.
Utilizamos este modo para ordenar, rogar, exhortar, etc. El español tiene
formas propias del imperativo para la segunda persona del singular (tú) y del
plural (vosotros), por ejemplo: sal,
salid; ve, id, etc. En el caso de las otras personas (excepto la primera del
singular, que carece de imperativo), este modo comparte la forma del presente
de subjuntivo: salga, salgamos, salgan; vaya, vayamos, vayan, etc. Esto también ocurre con usted y ustedes
(salga y salgan).
Cuando los imperativos se juntan con pronombres átonos,
estos siempre se escriben después del verbo y unidos a él: vete, callémonos, alégrense, etc. En
este último caso, al juntar el pronombre al imperativo de tercera persona del
plural, se suele cometer el error (sobre todo en el lenguaje oral) de aumentar
una ‘n’ a la palabra, así: ‘alégrensen’.
Recordemos que este es un barbarismo muy desagradable que debe evitarse.
Otra construcción de imperativo que debe evitarse es la de
utilizar verbos en infinitivo, por ejemplo: ‘Apagar el celular’ o ‘Esperar
afuera’. Lo más apropiado en estos casos es ‘Apague el celular’ y ‘Espere
afuera’. La RAE indica que este uso se permite solo en las formas negativas
interjectivas como ‘Ni hablar’ o en carteles de advertencia del tipo ‘No
fumar’.
En la Sierra ecuatoriana otro tipo de imperativo que se usa
exclusivamente en el registro coloquial es la fórmula de dar+gerundio (por ejemplo: ‘dame pasando’ o
‘dé cerrando’). El lingüista ecuatoriano
Carlos Joaquín Córdova indica en su diccionario El habla del Ecuador que esta fórmula funciona como un ‘cuasi
imperativo’ y que es un calco del quichua (de ahí que no sea un uso común en la
Costa). Esta forma, si bien es aceptada en el registro coloquial, es
considerada vulgar y lo correcto es utilizar el imperativo (pásame o cierre).
Otra fórmula imperativa muy usada es el futuro: ‘Vendrás
mañana’, ‘Esperará un momento’. Este uso
también se registra en la Gramática de la RAE, aunque solo cita un ejemplo en
plural (‘Saldremos del edificio’). Esta fórmula no es considerada un
vulgarismo, aunque sí es recomendada para el registro coloquial y no para el
culto.
Como vemos, existen muchas maneras de pedir favores o dar
órdenes, pero siempre será el imperativo el modo más adecuado para estos casos.
No debemos tener miedo de usar el imperativo, aunque nos suene demasiado ‘grosero’.
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