Cuando nos desenvolvemos en el ámbito académico, debemos
manejar varios géneros textuales, incluso porque una misma investigación puede
originar varios tipos de trabajos, destinados a diversos públicos. Mijail
Bajtin, en Estética de la creación verbal,
menciona que los géneros son tipos de enunciados que cuentan con rasgos
estables; en estos, la información está distribuida de manera similar, por eso
los reconocemos. Por ejemplo, en el ámbito académico podemos encontrar diversos
géneros: el resumen, el ensayo, la monografía, la tesis, la ponencia, el
póster, etc. Cada uno de estos cuenta con particularidades que los diferencian
del resto, y quien está inmerso en la academia debe aprender a desenvolverse
competentemente en los diversos géneros.
Como dije antes, de una misma investigación académica pueden
desprenderse varios géneros. Podemos presentar los avances de ella en una
ponencia, escribir una tesis, convertirla en un libro, entregarla como un
artículo en una revista indexada, enviar el resumen para un congreso, o incluso
salirnos del ámbito académico y preparar un texto para un medio de divulgación.
Pero ¿cómo logramos que esta misma investigación se adapte a los diversos
géneros? En primer lugar, debemos tener claro cuál es el género en el que vamos
a trabajar y cuáles son las particularidades de este. Por ejemplo, un resumen
para un congreso no suele tener más de 200 palabras, y en este corto espacio
deben condensarse los puntos principales de la investigación, como los
antecedentes, objetivos y resultados, además de palabras claves que ayuden a
ubicar el resumen dentro de un eje temático. En este género es indispensable
que las ideas sean concisas y claras, para que condensen la idea de la
investigación.
Cuando queremos convertir este resumen en un nuevo género,
como un artículo o una ponencia, deben considerarse otras particularidades. En el
artículo debemos tener muy en cuenta el tipo de revista para la que escribimos,
su orientación, el tipo de público al que se dirige, el tipo de pares que
evaluarán el texto, los índices en los que aparece, etc. En este género es indispensable
contar con un marco teórico contundente, una pregunta de investigación novedosa
y resultados claros. Estos últimos suelen ser lo más importante. En el género
ponencia, en cambio, se debe tener en cuenta el tiempo limitado que tendremos
para leerla, que suele ser de 15 a 20 minutos. Esta debe condensar los
resultados de nuestro trabajo. Muchas veces se preparan ponencias tan largas,
que en el momento de exponer los resultados se cuenta ya con muy poco tiempo y
no se los expone adecuadamente.
En muchas ocasiones, las ponencias o los artículos son parte
de investigaciones más largas como tesis de maestría o doctorado, o trabajos
posdoctorales. En estos, si bien hay mucho más espacio para exponer el marco
teórico, las preguntas, las propuestas, los resultados y las conclusiones, es
importante ser claros y concisos y, sobre todo, muy rigurosos. En el caso de
estos géneros académicos, cuyo objetivo (aparte de demostrar los avances de la
investigación) es obtener un título, es necesario condensar los saberes
aprendidos durante el ciclo académico y demostrar probidad en el campo elegido.
Como vemos, dentro de un mismo campo podemos tener muchas opciones de géneros,
lo importante es reconocer sus particularidades, y ser originales, claros y
minuciosos al presentar nuestros resultados.
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