Autopublicar se refiere a cuando el mismo autor publica su
libro, prescindiendo de los actores de la cadena editorial tradicional. En
estos casos, quien decide publicar cumple las funciones de editor, corrector,
diagramador y distribuidor. El fenómeno de la autopublicación no es nuevo, lo
podemos rastrear desde el inicio de la historia del libro, pues en muchas
ocasiones los propios autores han puesto en circulación sus textos, haciéndose
cargo de todo el proceso de edición y distribución, algunos con éxito y
ganancias, y otros con pérdidas y fracaso rotundo. En la actualidad, con el
avance de la tecnología, el fenómeno de la autoedición ha aumentado
considerablemente. Cada vez más autores deciden prescindir de la cadena
editorial tradicional para publicar sus textos. Como todos los procesos, este
tiene ventajas y desventajas.
En primer lugar, las ventajas suelen ser para el autor. Este
decide qué publica y cuándo lo hace; se hace cargo del proceso; evalúa los
mejores canales de distribución; puede llegar a un público más amplio; elige
qué decir y cómo decirlo. Debido a la existencia de muchas plataformas para
autopublicar (Amazon es la más grande), el autor ni siquiera necesita imprimir
su libro, basta con invertir en la circulación y en la promoción. En muchos
casos, los autores que autopublican imprimen sus libros bajo demanda, es decir,
solo imprimen el libro cuando el cliente/lector lo solicita. La
autopublicación, además, implica una mayor ganancia por derechos de autor, pues
quien publica en editoriales tradicionales no suele recibir muchas regalías por
sus textos. Otra ventaja de la autopublicación es que, en muchas ocasiones,
puede ser una plataforma para que el autor logre posicionarse en el mercado
tradicional del libro, pues las editoriales suelen estar a la caza de autores
que ya tienen relativa fama como autopublicados.
En relación con las desventajas, la autopublicación puede
ser también un arma de doble filo para el mismo autor. Al no pasar por un
proceso de evaluación y por los diversos filtros que implica la cadena
editorial, puede llegar a publicar algo mediocre. He sido testigo de casos de
autores que publican, literalmente, cualquier cosa solo porque piensan que son
buenos en lo que hacen. Se admira la autoestima y la confianza en el trabajo de
estos autores, pero creo que muchos podrían ahorrarse el bochorno (e incluso el
dinero, si publican en papel) si recurrieran a un lector editorial, a un editor
o a un corrector de textos. Si bien la autopublicación tiene ventajas, muchas
veces solo es producto de la vanidad de los autores; se publica para satisfacer
el ego y no se piensa en los lectores.
No existe una fórmula mágica para lograr el éxito con la
autopublicación, a algunos autores les resulta un gran negocio y una gran
plataforma mientras que a otros no. Además, esta será una tendencia que seguirá
aumentando; sin embargo, me parece importante pensar que la cadena editorial no
existe por capricho de alguien a quien se le ocurrió crear trabajos, sino
porque cada uno de sus actores cumple un papel importante y especializado para
lograr que el producto llegue adecuadamente al lector. Tal vez con fenómenos
como la autopublicación sea el momento de considerar a la cadena editorial
tradicional y dotarla de nuevos matices y nuevas formas de especializarse.
Aunque puede ser productivo publicar por cuenta propia, hay que tener cuidado y
pensar en que los lectores merecen contenido de calidad.
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