El participio es una de forma impersonal de los verbos,
junto con el gerundio y el infinitivo. El hecho de ser formas impersonales
implica que solos no denotan una acción: precisan de un verbo auxiliar para
tener características de tiempo, número y persona. Entonces, si digo ‘comido’
no expreso un sentido completo, pero si aumento un verbo auxiliar a ese
participio: ‘he comido’, doy sentido a la expresión al indicar que quien
ejecuta la acción es la primera persona del singular en tiempo presente.
Sin embargo, como el dios de las palabras es tan sabio, encargó
a las formas impersonales otras funciones. El gerundio también es adverbio; el
infinitivo es sustantivo, y el participio,
adjetivo. Al funcionar como adjetivo,
puede variar en género y número, por ejemplo: ‘mi viaje soñado’ o ‘mis
vacaciones soñadas’. Hasta aquí todo bien, pues sabemos que los participios
regulares terminan en –ado o en –ido. El
‘inconveniente’ surge en verbos con doble participio, uno regular y otro
irregular, este es el caso de imprimir (imprimido o impreso) o de elegir
(elegido o electo).
La regla general indica que cuando un verbo cuenta con dos
participios, el regular se usa en perífrasis verbales y el irregular funciona
como adjetivo. Por ejemplo: ‘Había
imprimido dos veces el texto’ y ‘Les entregó el texto impreso’. O también: ‘El presidente fue elegido ayer’ y ‘Vino el alcalde
electo’. Para recordar esta regla podemos referirnos a otros verbos como
despertar (despertado y despierto), en los que no podemos usar el participio
irregular en perífrasis verbales, así, no es posible decir: ‘Me he despierto’
ni ‘Es una niña muy despertada’. No obstante, en el caso de imprimir, la RAE
admite el uso de los dos participios en perífrasis, se puede decir ‘He imprimido el documento’ o ‘He impreso el documento’.
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